Las sonrisas en muchos ámbitos llenan de vibras positivas, rellenan espacios y rincones que nunca las cosas materiales van a poder llenar. Nos hacen ser personas más creativas, nos vuelve extraños y la vez muy conocidos, nos potencia y nos eleva sin tener el límite definido.
Y quién podría percatar que la sonrisa se pierde cada día más y más, que abundan tantos problemas, que la prostitución, el bandalismo, los asesinos, cada vez roban almas vírgenes que solo desean este simple regalo. Todas estas situaciones crean el ambiente de monotonía oscura, de ciclos en los que las personas se acostumbran no por deseo, si no por rendición. Por no hallar que hacer, por dudar de sus potenciales, y dudan de sus potenciales por no recibir la caridad de una sonrisa.
Dime tú, ¿Qué deseas tener y qué das por ello? ¿Qué esperas ser y por esfuerzo de qué? Es hora de forjar caminos, de construir esperanza, no solo en ti, sino también en tu alrededor. Cuando tú veas el cambio, verás que el alrededor también lo tendrá.
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